Qué es la sal del Himalaya y en qué se diferencia de la sal común

La sal del Himalaya llama inmediatamente la atención por su color rosado. Curiosamente, a pesar de su nombre comercial es mayormente producida en Pakistán, a más de 1000 kilómetros de las montañas del Himalaya.

A diferencia de la sal de mesa blanca que todos conocemos, que únicamente contiene cloruro de sodio y yodo, la sal rosa tiene una composición mineral mucho más rica, donde también encontramos sulfato de calcio, potasio, magnesio, hierro, manganeso, flúor, zinc, cromo, cobalto y cobre.

Además, no está sometida a un proceso de refinamiento artificial como la sal común. No contiene químicos agregados.

Es este aporte extra de minerales lo que la vuelve más saludables únicamente si la comparamos con la sal blanca común. De ahí nace su popularidad.

Es importante destacar que a pesar de ser más natural la sal del Himalaya no está recomendada para personas con hipertensión porque aporta la misma cantidad de sodio y al igual que con la sal común su consumo debe ser moderado para evitar problemas de salud.

El exceso de sodio en nuestra dieta puede causar retención de líquidos, incremento de peso, sed, aumento de volumen de sangre provocando un esfuerzo al corazón e hipertensión.

Según investigaciones de la Organización Mundial de la Salud lo recomendable es no consumir más de 5 gramos de sal por día, es decir una cucharadita de café. En Argentina, el consumo promedio casi triplica estos valores máximos.

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