Los secretos de las algas kombu

En Asia, el consumo de distintas variedades de algas se remonta a miles de años. En los pueblos costeros tanto de China como Japón, se comenzó a utilizar las algas kombu debido a sus atributos nutritivos y su fácil recolección.

Esta especie vegetal vive en aguas templadas y se fija a las rocas del suelo marino a unos 10 metros de profundidad. Su color es marrón verdoso o amarillento y puede llegar a medir hasta cuatro metros.

Una de las características más destacables de las algas kombu es su aporte en minerales esenciales para nuestro organismo: como el calcio (800 mg cada 100 gramos), el magnesio (715 mg), el fósforo (165 mg), el yodo (16 mg), el potasio (4330 mg) y el sodio (2600 mg).

El yodo, por ejemplo, activa las glándulas endocrinas y mejora el funcionamiento del metabolismo. El calcio, fortalece los huesos y los dientes. Además, son muy bajas en calorías.

Por otro lado, estas algas son ricas en polifenoles, clorofila, AGE, xantofilas y fosfolípidos, que le dan propiedades antioxidantes y rejuvenecedoras.

Para comerlas primero es necesario hidratarlas, cocerlas o tostarla en seco. Una vez listas para consumo, son muy fáciles de incluir en caldos y guisados. Su sabor es muy especial y también ayudan a la buena digestión.

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