Leche de avena: Qué es y cómo prepararla en casa

La leche de avena es una alternativa fácil, económica y nutritiva tanto para personas que padecen de intolerancia a la lactosa como para veganos que no desean consumir productos de origen animal.

Se prepara a base de copos de avena y agua, aunque también se le pueden agregar otros ingredientes para complementar su poder nutritivo o para darle un gusto diferente.

Como es sabido, la avena es una fuente rica en grasas insaturadas omega 3 y omega 6, que ayudan a controlar los niveles de colesterol. También, por su alto contenido de fibra, previene el estreñimiento y reduce el riesgo de sufrir hemorroides y problemas intestinales.

Por otro lado, la avena es rica en proteínas. Esto la hace ideal para deportistas o personas con actividad física intensa que necesitan fortalecer la musculatura.

Finalmente, la leche de avena es muy buena para combatir la desmineralización de los huesos gracias a su gran aporte de potasio, magnesio, zinc y calcio.

Es muy fácil de preparar en casa.

 

  • ¿Qué necesito?

Un vaso de avena en granos o en copos

Un litro de agua mineral

Canela, esencia de vainilla y/o miel a gusto para endulzar

Una pizca de sal (para realzar el sabor)

 

  • ¿Cómo la preparo?

Primero debemos mezclar la avena con agua en un recipiente y dejar reposar durante 12 horas para que los copos se ablanden. Luego, enjuagamos y escurrimos los granos. Juntar los granos con el agua. Batir la mezcla con una batidora o minipimer, aumentando gradualmente la velocidad hasta que llegues a la potencia máxima.  No es necesario que la avena se pulverice por completo. Colar el resultado utilizando un colador fino. Hacerlo lentamente mientras se remueve con una cuchara para conseguir que el líquido sin grumos fluya dentro del recipiente. Agregar un poco de canela molida, una cucharada de miel, una pizca de sal y una cucharadita de extracto de vainilla y volver a batir para que se mezcle todo bien. Se puede endulzar a gusto, aunque de esta forma sale riquísima y además es muy saludable. La guardamos en la heladera una hora para que se enfríe y ya estará lista para disfrutar. Recordar agitarla antes de consumir para que los ingredientes más pesados no se acumulen en el fondo de la botella. Si está bien refrigerada, durará unos cuatro días. ¡Listo para disfrutar!

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