Cuatro razones para comer semillas de calabaza

Las semillas son fuente de vitaminas, minerales, proteínas, aceites esenciales, hidratos de carbono y fibra que contribuyen al bienestar general del organismo.

Es importante tener en cuenta que lo más recomendable es triturarlas justo antes de comerlas para facilitar la absorción de nutrientes (si las compramos ya molidas pierden muchas de sus propiedades).
Las pepitas de calabaza son muy versátiles, se pueden comer solas, en ensaladas, mezcladas con yogures o batidos y hasta caramelizadas.

Entre sus propiedades se destaca que son antioxidantes. Es decir, son ricas en vitamina E, betacarotenos, selenio y zinc que contribuyen a mantener las células en buen estado.

Estas pipas también ayudan a regularizar el sueño ya que contienen tripófano, un aminoácido que se convierte en serotonina, que a su vez se transforma en melatonina (la hormona del sueño).

Además, son buenas para el sistema cardíaco. Aportan ácidos grasos saludables como el omega 3 y el omega 6, que reducen el colesterol, las inflamaciones provocadas por la artritis, la hipertensión y mejoran el aparato circulatorio.

Finalmente, destacaremos que son excelentes para generar saciedad y controlar la cantidad total de calorías que ingerimos (algo muy importante si debemos bajar de peso).

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